Hola Sarah, mi amor,
Hoy quiero hablarte sobre las expectativas, esa esperanza que creamos respecto al resultado de las cosas.
Las expectativas son parte de nuestra naturaleza, y todos las experimentamos de alguna manera. Como todo en la vida, tienen su lado positivo: nos hacen soñar y, bien encaminadas, pueden convertirse en combustible de inspiración y motivación para alcanzar metas. Tiene mucho sentido, ¿verdad? Aquél que no vive con un poco de emoción por el "qué será" se pierde de una parte maravillosa de la vida.
Por otro lado, las expectativas también pueden ser una fuente de estrés, porque cuando no están bien situadas, pueden traer decepciones. Requiere mucha disciplina entender que lo más saludable es "no adelantarse". Sin embargo, cuando lo hacemos, intentando predecir el futuro, este rara vez se presenta exactamente como lo imaginamos.
Para muchos, esto puede ser un golpe duro, desanimante y frustrante.
También están las expectativas que otros tienen de nosotros: lo que las personas esperan de su relación e interacción con nosotros. A veces, esas expectativas son un reflejo del amor o la importancia que nos dan.
Por ejemplo, un padre o una madre puede tener altas expectativas sobre el camino profesional de su hijo o hija. Muchos dirán: "Espero que sea médico, empresario, etc." Esto puede poner mucha presión en una persona. La idea de "decepcionar" a quienes amas y quienes te aman puede ser difícil de manejar.
¿Asusta un poquito, no? Pero no te preocupes, es parte de la vida, y estoy seguro de que lo harás bien. Yo, como siempre, solo puedo compartirte mi punto de vista para que lo tengas presente, con la esperanza de que algún día te sirva para tomar tus propias decisiones.
Mi fórmula para manejar las expectativas es la siguiente:
Las expectativas que tengo conmigo mismo siempre son altas. Siempre espero dar lo mejor de mí. Cada vez que emprendo algo, mi meta es esforzarme al máximo. Estas expectativas me impulsan a no defraudarme. Me ayudan cuando me falta energía, dándome ese empujón para dar la "milla extra".
Claro, no siempre logro lo que deseo, pero saber que hice mi mayor esfuerzo de manera honesta es suficiente para mí. Sin embargo, antes de comenzar cualquier cosa, intento no conformarme con menos de lo óptimo.
Con respecto a los demás, manejo mis expectativas con más mesura. Todo lo que doy o hago por alguien lo enfoco como un acto de voluntad propia, sin esperar nada a cambio. Tenemos que recordar que no todos vemos las cosas de la misma manera, y cada persona procesa sus necesidades y las de los demás de forma diferente.
Por eso, la comunicación es clave. Siempre intento dejar claro qué tipo de dinámica deseo con los demás, cuáles son mis negociables y cuáles son mis innegociables.
Por ejemplo, cosas como el respeto, la cortesía y la honestidad son innegociables en mi vida. No significa que viva pensando que las personas fallarán en cumplir con estas cosas, sino que, desde el presente, parto dándoles el beneficio de la duda y la oportunidad (que también es para mí) de que podamos construir una relación basada en esos valores. Eso sí, siempre intento dar lo mismo que espero recibir.
Es difícil vivir en el presente, pero siempre será lo más saludable. De la misma manera que podemos perdernos en un mar de errores del pasado, podemos sufrir mucho por la incertidumbre del futuro. Mucho de esto depende de cómo manejemos nuestras expectativas.
Recuerda siempre esto: no viniste al mundo a cumplir los sueños de otros. Viniste a vivir tu vida y a realizar tus propios sueños. Esto no es egoísmo, es una virtud. Maximizar tu potencial como individuo no solo te hará mejor para ti misma, sino también para los demás. Aunque no lo parezca, eso es altruismo.
Al final, da lo que quieras dar porque te nace, sin esperar nada a cambio. Si lo que recibes no funciona para ti, sigue adelante. Pero nunca olvides predicar con el ejemplo. Tampoco todo tiene que entenderse completamente, y en ocasiones será necesario hacer sacrificios en pos de cosas más importantes. Pero del sacrificio te hablaré en otro post, ¿vale? 😊
Por ahora, solo quería cerrar diciéndote que te amo mucho y para siempre.
Con todo mi amor,
Dad.