Hola Sarah, mi amor:
Hoy te voy a contar un poquito de tu ascendencia paterna. Es decir, te compartiré algo de la historia de la familia Heres, cuyo nombre llevas en esta vida como primer apellido.
Me gustaría poder decirte que la información que tengo se remonta siglos atrás y que existe una completísima documentación de los sucesos que nuestros antepasados vivieron al más pequeño detalle, pero no es así.
La realidad es que los inmigrantes del mundo, como lo fue tu tatarabuelo, a inicios del tumultoso siglo 19 (e inicios del 20) eran personas que consistentemente se veían en desventaja: desplazados por conflictos que nacían y morían por decenas, azotados por enfermedades, y que día a día enfrentaban con estoicismo y mucha creatividad los retos con una sola misión en mente: La de sobrevivir y buscar bienestar para ellos y su familia ... no importara como.
Es por esto que sus historias o lo que se conoce de estas se transmitían de manera oral entre familiares. ¿Recuerdas lo que te escribí sobre la realidad y la verdad? Bueno, justamente por esta tradición de "contar las historias de la familia" (y no escribirlas) es que los detalles más pequeños (fechas, nombres y lugares) se pueden difuminar, modificar un poco y traer consigo un toque de ficción, pero no por esto dejan de ser ciertas en espíritu.
No es mucho lo que logré investigar sobre nuestros antepasados pero estoy seguro que te gustará leerlo tanto como me gustó a mi la primera vez. La gran mayoría de la historia de como llegaron los Heres a América ( y Panamá en particular) es retomada de un texto en particular que escribió uno de los nietos del mejor amigo de tu Tatarabuelo Isaac Heres (Si, se llama Isaac como tu abuelito - mi padre).
Así que ... sin más preámbulos, allí te va. Algo de la historia de los Heres.
El inicio: Alepo, Siria.
Allá por el año 1885 el pueblo de Alepo, en Siria, era un lugar donde existía una vibrante comunidad judía. Habían llegado allí desde el siglo 10 ... y nuevamente inmigraron más desde España en el siglo 15, expulsados por la inquisición y con el pasar de los años hicieron de esta ciudad, que en hebreo, arameo y arabe se llama "halab" (relacionado a la leche ... cuenta la leyenda que Abraham ordeñó su ganado allí cuando iba camino a canaan) su hogar.
Toda la región estaba bajo el yugo del imperio otomano, y el diario vivir era una especie de malabarismo y diplomacia para poder prosperar bajo el dominio de los extranjeros. Los judíos, como es usual, siempre eran vistos como ciudadanos de menor clase (por eso la existencia del estado de israel es TAN importante para el pueblo judío .. su propio hogar). No tenían pasaporte, ni derecho muchos de los privilegios normales que tendrían otros ciudadano del imperio otomano, y aún así, como es usual, la comunidad encontraba una manera de prosperar.
Los otomanos usualmente eran tolerantes con las prácticas religiosas judías, y si algún judío tenía un problema con el imperio, la comunidad asignaban un representante para dialogar con los turcos.
Todo "funcionaba" por lo menos para lograr algo de estabilidad ... hasta que hubo una (otra más) epidemia de cólera que azotó la ciudad.
Los otomanos comenzaron a iniscuírse en los asuntos de todos los pobladores, incluyendo los judíos, emitiendo duras cuarentenas, prohibiendo la movilización de personas fuera de la ciudad, e intentando que no se les saliera de las manos producto de ineptitud o error.
Entonces entra en escena el señor Moisés Shabot. El y su esposa estaban contagiados con el cólera y solo pensaban como lograr sacar a sus hijos de la ciudad para que ellos no se contagiasen también.
Moisés estaba casado con una de las hijas de DINA HERES. Dina, su suegra, era una mujer muy fuerte, que había perdido ya a su esposo, Isaac Heres (mi trasbisabuelo, es decir el abuelo de mi bisabuelo), a su hijo Abraham (mi tatarabuelo) y a Sara Michanie, la esposa de este, quienes le dejaron a su nieto de 9 años (Isaac Heres Michaine - Mi bisabuelo, que es tu Tatarabuelo) a cargo. Después de que tantas epidemias arrasaran su familia, Dina, quién sobrevivió a todas, desarrolló inmunidad al cólera (o eso parecía).
Dina también tenía otra hija (además de la que estaba casada con Moisés Shabot en Alepo, que se llamaba Simjá (Fahra Heres))... esta otra hija, Esther Heres, estaba casada con Isaac Zafrani, y vivían en Jerusalém.
Moisés Shabot pensó que esa era la forma perfecta para sacar a sus hijos de Alepo y ponerlos a salvo lejos de la epidemia. Se imaginó que Dina Heres, su suegra, estaría también feliz de reunirse con su hija Esther en Jerusalém. Además la idea de enviar a sus hijos con su suegra le daba mucha tranquilidad a Moisés. Si bien intentar sacarlos de Alepo de manera ilegal, y el mismo viaje en si eran peligrosos, era mucho más inmediato el peligro de que los niños se quedasen en Alepo en plena epidemia.
Pero Moisés y su esposa estaban contagiados con cólera y empeoraban cada día ... Así que Moisés, sabiendo que su destino pronto llegaría, recogió todo el dinero que pudo y llevó a sus hijos a casa de su abuela (Dina Heres) a la cúal suplicó: "Llévalos a Jerusalem .. pónlos a salvo .. te lo ruego"...
A los pocos días Moisés falleció y tres días después le siguió su esposa.
Dina Heres perdió otro hijo (su hija Simja/Farah) y los 5 niños perdieron a sus dos padres quedándo huérfanos en menos de una semana.
Saliendo de Siria. Dejando Alepo.
Dina Heres sabía lo que tenía que hacer: Debia sacar a sus nietos de allí y llevarlos a Jerusalém antes que alguno enfermara y muriera. Entonces vendió todo lo poco que tenía aún y compró 3 burros y 6 cestas grandes. Amarró un burro atrás del otro ... como los vagones de un pequeño tren, y metió a sus nietos, escondiéndolos en las cestas .. dos por burro ... y partió en una travesía a Jerusalém que terminaría tomando 1 mes de dificil y aventuroso viaje.
A lo largo de esta odisea, en cada pueblo o punto de inspección con soldados otomanos, Dina Heres tuvo que ingeniárselas para negociar y que les dejaran seguir su viaje. Siempre escondiendo que provenían de Alepo (ciudad en epidemia) y también que eran judíos ... lo cual los pondría en inmediata desventaja debido a racismo de los otomanos.
Durante las noches dormían en campamentos improvisados, expuestos a los peligros de los malechores y el desierto. De hecho, una de esas noches, dicen que fue de luna llena, fue abordada por 3 individuos que le exigieron que les entregara todas sus posesiones (el poco dinero que le quedaba, agua y comida) ... o si no tomarían a una de las niñas por prenda y la violarían ... Al oír esto, Elías y su primito Isaac Heres (tu tatarabuelo que tenía 9 años), que aún estaban escondidos en sus cestas, se untaron jabón en la boca y saltaron actuando como si estuviesen enfermos ... Dina entendió rápidamente lo que sucedía y le dijo a los ladrones que si tocaban a los niños quedarían contagiados con esta "enfermedad" mortal que portaban.
Los malechores no quisieron correr el riesgo y se retiraron, pero no antes de despojarle a Dina Heres de todo el dinero que traía consigo (que no era mucho).
Esta experiencia dejo un gran impacto en Elías (el nieto mayor de Dina , e hijo de Moisés Shabot) quién al llegar al siguiente pueblo consiguió un trabajito por dos días. Con el dinero se compró un pequeño cuchillo que planeaba usar para defender a su familia si llegase a repetirse una situación igual a la anterior. Dina Heres y sus hermanas NO sabian de este cuchillo. Esto era un secreto entre él y su primito Isaac Heres.
Trabajando de Doméstica
Como Dina Heres no tenía dinero para proseguir el viaje, tomó trabajos domésticos en casa de una amable pareja de ancianos de religión cristiana del pueblo (un pueblo en camino a jerusalem).
Una noche de viernes, entrado el Shabat, Dina discretamente, en el pequeño cuarto que los ancianos le habían facilitado a ella y a los niños, se disponía a encender las velas ceremoniales, cuando de repente entró un joven soldado otomano y la sorprendió ... Este joven, de nombre MAJBUT, era el hijo de los ancianos, y quedó en shock al ver la escena.
Sus padres le habían contado al llegar a casa que estaban hospedando a una mujer y unos niños que viajaban y estaban en necesidad .. pero DINA HERES no les había contado, por razones obvias que eran judios o que venian de Siria.
Por unos momentos hubo un silencio que se podía cortar con un cuchillo ... pero el padre del soldado entró al cuarto y le ordenó a su hijo que les permitiera continuar a Dina Heres y sus nietos con su ritual religioso.
Al terminar de rezar, Dina, que había preparado una modesta comida invitó a sus anfitriones para compartirla y finalmente les confesó la verdad: Eran judios, venian de siria y los niños estaban huerfanos en camino a vivir con su familiares en Jerusalem.
Esa noche Majbut no pudo dormir. Tenía un conflicto enorme que le secuestraba el pensamiento: Por una parte estaba su deber con el imperio en su rol de soldado. Si la dejaba ir y no la denunciaba estaría incumpliendo con su deber ante el imperio. Por otro lado si la arrestaba estaría poniendo a la señora y los niños, que habían ganado su empatía con su triste historia, en peligro de ser regresados a Alepo donde podrían morir. También sus padres podrían ser sujetos a fuertes multas.
Muy contrariado, fue donde DINA HERES para contarle y preguntarle que pensaba ella que podían hacer. Ella le dijo que dejarían la casa temprano y que si fuesen atrapados NUNCA hablaría de él y sus padres.
El poco dinero que DINA HERES logró conseguir en casa de los ancianos lo usaba para poder sobornar hábilmente a los oficiales turcos que se iban encontrando en el camino. Esto hacía que el viaje fuese más lento porque les tocaba a la familia completa ir de posada en posada ofreciendo servicios domésticos para poder hacerse de algo de dinero para continuar su viaje.
Finalmente.. casi con 30 días de penurias y retos viajando llegarían a Jerusalem. La ciudad santa.
Allí rápidamente encontraron a Isaac Zafrani, el esposo de la hija de Dina Heres, quién era muy popular porque tenía un puesto de kibbes muy concurrido.
El viaje había sido, contra todo pronóstico, pero con la ayuda de D-s, un éxito.
El negocio de Isaac Zafrani , el de los kibbes (empanadas fritas con carne molida), no daba para mucho. Ahora adicional había llegado su suegra con 6 bocas más que alimentar.
La situación de la región era crítica (económicamente hablando) y ya muchos judios hablaban del continente americano como un lugar con muchísimo potencial para comenzar desde cero pues los jóvenes países que hasta poco eran colonias, comenzaban a crecer.
Mientras, Elias Shabot (el hijo huerfano de moises shabot, que llegó junto a sus hermanas desde Alepo con Dina Heres), se puso a estudiar la torá y se reunía diariamente después de sus estudios con su primo Isaac Heres (Tu tatarabuelo) y con dos nuevos conocidos, Elias Zakay y David Yohros, con quienes entabló una increíble amistad.
En ese entonces, se enteraron que Colombia negociaba con Estados Unidos la continuación de la fracasada obra del canal de Panamá por los Franceses. Hablaban diariamente de su fantasía de viajar a Panamá en búsqueda de oportunidades y fortuna.
Y lo lograrían ... no sin antes pasar por Argentina, Chile, y quedar varados en el Perú al haber sido descubiertos como polizontes en un barco!
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Aquí finaliza la primera parte. Toda esta historia esta extraída de un texto escrito por un descendiente de Elias Shabot. Si quieres leer su historia completa te dejo el documento aquí:
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Para finalizar te dejo una foto de tu Tatarabuelo Isaac ya en Panamá, con su esposa Sarina (Sarah) Zafrani y sus hijos, incluyendo a tu bisabuelo José Heres. Cuya historia te contaré en otro post =)
De Dina Heres no he conseguido fotos lastimosamente, pero queda en tu saber la gran mujer que tuviste como ancestro. Sola viajó a través de los peligros para salvar la vida de sus nietos.
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Tus tatarabuelos: Isaac Heres Michaine y Sarina Zafrani de Heres con sus hijos en el año 1938. En el extremo derecho, de pie, tu bisabuelo José Heres Zafrani (Mi abuelo). |